Tuber aestivum

Tuber aestivum

 

Carpóforo de tamaño muy variable, se pueden localizar ejemplares adultos de apenas un par de centímetros de diámetro y otros cuyo diámetro llegue a los 7 u 8 cm. Inicialmente tiene una forma globosa, pero al ir creciendo va adoptando formas irregulares, pudiendo llegar a ser un poco amorfa.

El aspecto de la trufa de verano es muy similar al de la trufa negra, no obstante las verrugas del peridio, son más pronunciadas en la T. aestivum.

La trufa negra y la trufa de verano, establecen una relación de simbiosis micorrícica con algunos árboles, como: encinas (Quercus ilex), quejigos (Quercus faginea), y coscojas (Quercus coccifera), principalmente.

Peridio o superficie externa, tiene un color que por regla general suele ser negro, a veces marrón muy oscuro, está recubierto en su totalidad por verrugas de base piramidal que suelen acabar en punta por el ápice. Estas verrugas tienen la particularidad de estar muy separadas entre ellas y tener una altura que en algunos casos puede superar los 5 mm. 

Gleba compacta y no pulverulenta, de joven de color blanquecino, después se vuelve amarronada. Esta veteada totalmente por venas de color blanco que le confieren un aspecto laberíntico. 

Carne firme y compacta, aunque tierna, con un característico y aromático olor suave y agradable, como a malta tostada y un sabor de mediana intensidad, recordando a los frutos secos (nueces y avellanas). Cuando madura, desprende un olor poco agradable, como a algas, o a gas.

 

 

Hábitat

Es una especie de crecimiento hipogeo, fructifica enterrada a no demasiada profundidad, y lo hace bajo árboles muy diversos, tanto planifolios como pinos. Se recolecta de forma silvestre en la mayoría de las ocasiones, si bien también existen plantaciones de encina micorrizada con este hongo. Su época de aparición es el verano, pero según la climatología reinante la temporada se puede adelantar al mes de mayo.

Comúnmente se conoce como trufa de verano debido a que su recolección se centra principalmente en este periodo, entre mayo y agosto. Sin embargo podemos encontrar algunas trufas fuera de esta temporada, en primavera o invierno según las zonas.

Se encuentra enterrada a menor profundidad que la trufa negra siendo posible, a veces, observar montículos ya que puede levantar el suelo o incluso asomar en la superficie de los “quemados”. Por lo que puede localizarse incluso, sin la ayuda de un perro adiestrado.

Dentro de las trufas de verano, se engloba también la variedad “trufa de Borgoña”, o Tuber uncinatum. Esta trufa, tiene una distribución más septentrional y llega por el norte hasta los países escandinavos y por el este hasta Turquía. Es más cotizada que la trufa de verano y es la trufa de más amplia distribución geográfica. T. uncinatum se asocia con pino silvestre (Pinus sylvetris), pino negro (pinus nigra) o quejigo (Quercus faginea).

Propician su aparición los veranos generosos en cuanto a lluvias y su recogida puede iniciarse desde agosto hasta noviembre. 

Los estudios moleculares concluyen que Tuber aestivum y Tuber uncinatum pertenecen a la misma especie. Son factores ecológicos los que pueden producir diferencias de sabor, olor y morfología esporal.

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